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08.07.2024

Extensiones de dominio: ¿cuál es la opción más adecuada?

Extensiones de dominio: ¿cuál es la opción más adecuada?

Elegir la extensión de dominio adecuada es de crucial importancia y constituye el primer paso para establecer tu presencia en línea. Podría considerarse como seleccionar la dirección perfecta para crear un escaparate digital. La extensión del dominio no solo conforma el sufijo del nombre de dominio, sino que también supone un elemento clave para que tu público objetivo reconozca tu marca y conecte con ella. Básicamente, se trata de tu dirección virtual, por lo que es recomendable considerar algunos principios básicos antes de comprometerse a largo plazo con una en concreto.

Empecemos por lo esencial. Un nombre de dominio es la dirección del sitio web que los usuarios introducen en la barra de la URL del navegador para acceder a un sitio web. Este sistema se creó en los inicios de la era de Internet para evitar tener que escribir manualmente las direcciones IP, lo que facilitaba la navegación en gran medida.

Las entidades de registro de dominios son empresas y organizaciones que se encargan de vender y gestionar el registro de nombres de dominio. Están registradas en la Corporación para la Asignación de Nombres y Números en Internet (ICANN), que supervisa y coordina el sistema internacional de nombres de dominio. Antes de registrar un dominio, deberás comprobar si está disponible a través de una entidad de registro.

¿Qué elementos incluyen los nombres de dominio?

Los nombres de dominio se componen de dos elementos distintos separados por un punto. El primer elemento es el dominio de nivel inferior o segundo nivel (SLD), que es el nombre de dominio propiamente dicho y puede estar compuesto por cualquier combinación alfanumérica. En el caso de las empresas, suele ser la marca, el producto o el nombre del servicio que ofrecen.

El segundo elemento es la extensión del dominio o el dominio de nivel superior (TLD). A lo largo de los años, la lista de TLD disponibles ha aumentado exponencialmente hasta superar los 1500 en la actualidad.

La Autoridad para Números Asignados en Internet (IANA), es la institución responsable de llevar a cabo el mantenimiento y la actualización periódica de las extensiones de dominio. Agrupa los TLD en tres categorías principales según su objetivo y ubicación:

  • gTLD (dominios genéricos de nivel superior): se incluyen los nombres de dominio más utilizados, como .com, .org y .net, y extensiones únicas como .xyz, .biz y .tech. Desde 2011, la ICANN permite que las organizaciones registren sus propios dominios genéricos, lo que ha generado un gran número de TLD únicos y específicos de marcas.
  • sTLD (dominios de nivel superior patrocinados): dominios reservados para organizaciones o grupos específicos. Algunos ejemplos son .gov para sitios web gubernamentales y .edu para instituciones educativas.
  • ccTLD (dominios geográficos de nivel superior): dominios que hacen referencia a ubicaciones geográficas o territorios específicos, como .it para Italia, .eu para Europa, .us para EE. UU. o .in para India.

Teniendo en cuenta estos conceptos básicos, podemos centrarnos en cómo elegir la mejor extensión de dominio para optimizar la presencia y el rendimiento en línea.

Características específicas de los TLD

Los SLD actúan como un identificador web del proyecto, mientras que las extensiones de TLD pueden aportar información importante sobre el sitio web, como su ubicación geográfica o sector.

La extensión más conocida y extendida, utilizada por aproximadamente el 50 % de los sitios web de todo el mundo, es el dominio .com. En un inicio, se reservaba para las organizaciones comerciales. Sin embargo, ahora tiene una connotación más versátil y puede asociarse a cualquier tipo de entidad o negocio. El registro de dominios .com no presenta restricciones y suele ser la opción elegida por personas o empresas con alcance internacional.

A diferencia de los ccTLD, que deben cumplir con las leyes del país respectivo, los registros de dominios .com no necesitan cumplir con requisitos específicos de residencia. Estos dominios solo se pueden registrar a través de entidades acreditadas, lo que requiere con frecuencia que el propietario o la empresa tenga su sede ubicada en el país o región específicos.

Por ejemplo, para registrar un dominio .us en Estados Unidos, el solicitante del registro debe ser ciudadano/a, residente o una organización del país.

La elección de un ccTLD suele darse si la mención de la ubicación geográfica específica aporta valor a la misión o empresa en cuestión. Por ejemplo, una empresa italiana que opera a nivel internacional podría beneficiarse del dominio .it, ya que este puede dar a entender que los productos se fabrican en Italia.

Además, como dato lingüístico curioso, los dominios .it también son populares en el mundo anglófono porque «it» también es un pronombre de tercera persona en inglés, lo que permite crear juegos de palabras ingeniosos al combinarlo con nombres de dominio de segundo nivel formados por verbos en infinitivo.

Cómo elegir el dominio más adecuado

Hace tiempo se consideraba que el SEO (posicionamiento en buscadores) debía tener un gran peso a la hora de elegir un dominio, porque se creía que los TLD .es podrían lograr un mejor posicionamiento en las páginas de resultados de búsqueda en español (SERP) que los TLD .com.

Sin embargo, Google lo ha desmentido y ha confirmado que se aplican los mismos criterios de indexación y posicionamiento a todos los TLD.

Entonces, ¿cómo elegir el dominio más adecuado? Es importante que te centres en los factores más importantes para tu marca y público objetivo. Ten en cuenta los siguientes aspectos:

  • Relevancia: escoge un TLD que se adapte a la identidad y al propósito de tu marca. Por ejemplo, .org para organizaciones sin ánimo de lucro o .tech para empresas de tecnología.
  • Disponibilidad: asegúrate de que el nombre de dominio elegido está disponible y no es muy parecido a otros ya existentes, para evitar confusiones.
  • Memorabilidad: un nombre de dominio corto y fácil de recordar puede ayudar a los usuarios a encontrar tu sitio web con mayor facilidad.
  • Segmentación geográfica: si tu empresa opera en una región específica, elegir un ccTLD podría resultar beneficioso para destacar tu presencia local a los usuarios.

Si te centras en estos aspectos, podrás seleccionar un dominio que impulse tu presencia en línea y tus objetivos comerciales con efectividad.

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